jueves, 18 de abril de 2013

¿Reincidencia?

Caminando entre ajenos árboles
me ausentaste,
escuchando viejos ecos de mi saber.


Logré con júbilo
adormecer tus miedos,
unas manos, las mías
acobijaron vuestro anhelo.


Desafiando incrédulos
riendo desde un pedestal,
nos burlamos de lo propio,
nuestra amada inmoral.


Fue hace milenios,
en otra vida, no dudaría.
que vuestro caminar con los años,
más gris parecía.


Te miré tanto, demasiado diría.
Mi callar te ahorcaba, te disparaba,
vuestra sangre en victoria, algún día bebería
y un falso odio -exorbitantemente- te deseaba.


Mis pómulos cunas de cascadas nacieron.
Mi mente apadrinó demencias.
Un infeliz adiós tuyo no comprendieron,
eran Cambios, para mi carencias.


He de verme obligada,
asumir un nuevo día a día.
mi alma por ti no necesitada
ignoraría, eso intentaría.


Fueron batallas,
dolores y miradas tergiversadas.
ambos, infantes confundidos
dejando en vano, sus vidas pasadas.


Una determinada división
pensaron en sus destinos,
creyéndose ambos con la razón,
de que su fin como Uno, había ascendido.


Un intento de olvido llegó,
me vi sola en mis pesadillas.
Algo, del todo no moría,
estabas ahí, eras una escalofriante fantasía.

























...
Caminando entre ajenos árboles,
me despertaste,
escuchando nuevos ecos, de tu saber.

Esta vez y como todo,
¿Tendremos que repetir suspiros, de algún modo?













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