Su negro y largo abrigo, observando con determinación a su lado, aquella dama. Ojos de peculiares cobres y caobas, sumidos con su especial y curioso brillo. Sonrisa de plata que se mantiene constante mientras él la viste de su mirar. Y el deseo del hombre: Sus labios, ella de carmín los pinta, rubíes él desea acariciar suave y sutilmente. Su niña, aferrada junto a él, ambienta la brisa de primavera y los matices. Alucina como cada tarde al tomar tierna y firme sus delicadas manos.
Todo es un sueño ahora. Ella se fue.
El sujeto jamás volvió a ser quien era. Con los hermosos cánticos del cuervo, se hunde en su tristeza, como si fuese una vieja amiga, la Muerte. Su vida, su felicidad, el único ser que alguna vez amó, ha muerto. Demencia, su deleite, sólo por ella. Vivía por ella, cada día era Perfecto, sólo junto a ella. Hasta que una oscura noche, segundos de una carcia ZAP'. El cálido, delgado, descubierto cuello siempre besado y envuelto por el aliento del desafortunado, jamás volvió a serlo. Collar del mismo Rojo llamativo pintado sobre sus labios se dibujaba hacia su pálido pecho. Un beso, en él se fue su último respiro, su última mirada: la más calma sólo obsequiada a los ojos de él. Pupilas dilatadas del tipo que afirmó su caída. Estupefacción a la escena.
Él grita. En los inseguros brazos de su amado ella ya yace. Sus dedos enterrados en el ya dormido cuerpo de la mujer. Desesperación, querer sólo unos segundos más. El Oscuro responde: Jamás.
Una pesadilla en vida, pobre y desgraciado hombre. Ya dejando el cuerpo sobre el suelo de ladrillos mentirosos, Risas, Risas en orquesta se huelen. Sus manos ensangrentadas, en ellas...Una navaja. Nadie al rededor. Criminal se llamó así mismo. Locura, deliciosa locura se ve en sus negros y profundos ojos, ya blancos se tornan. Tierno beso a la navaja. A los prohibidos Labios de su musa. Escapó el cuerdo ser. A carcajadas y saltos.
Pequeño elixir que invitación es para ir con su amor. Inconfesable fue su acto.
'Un minuto. Sólo eso, esperad en las puertas de Nuestro Perfecto Mundo, mi amada'. Caminando desorientado llegó a un lugar, lugar vestido del níveo sabor por todos lados.
La neblina reina el olvidado entorno. Sólo falta que caiga la última hoja a posarse elegante sobre la nieve. Él sonríe entre lágrimas. Esperando la pueril y cobriza mirada.
La luz del blanco cielo tapado por las nubes que juzgan, se hace más grande y grande. Con el terminal secreto de la negra ave.
El susurro. Nunca más.
Se largó.
Adoquinadas calles de asesinato londinense. Maldita reina Victoria y su oscurantismo, me encanta(S)
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