lunes, 2 de julio de 2012

Espera.

La neblina reina el olvidado entorno. Sólo falta que caiga la última hoja a posarse elegante sobre la nieve. Con su cuerpo recientemente envenenado, él admira por última vez su primeriza soledad, memorias de su ninfa. El abrazo, la caricia. Sonríe con lágrimas, dulces lágrimas danzantes en su rostro, recuerda que alguna vez siendo un infante, se sentó en la misma banca bajo el Triste Árbol.-